A veces la experiencia no vale de nada,
es el corazón el que manda y se estrella,
como una polilla, en tu ventana.
Apaga la luz que me encandila,
me emborracha y me desangra.
¿Por qué tus ojos son el faro,
si mi barco varado ya no alcanza
el refugio de tus brazos
en el puerto de tu alma?
Deja de llamarme, pues mis pasos
no te alcanzan,
enfangados en el lodo
del engaño y de la estafa.
Deslumbrado, ya estoy ciego
y no encuentro mi camino:
el de mi dignidad robada
Me gusta mucho tu poema Eleazar, "es el corazón el que manda, y se estrella, como una polilla..."
que gran verdad.
Un placer a verte encontrado, un saludo.
Digno es entregar todo lo que tienes. Tu dignidad está intacta. Vileza es despreciar, engañar. Porque tiene un fondo turbio, fruto del reposo.
Gracias por compartirlo.