Veo al anciano
departir con los chiquillos
y a los vecinos
abrasarse
sin aparente motivo;
cantos de pureza
entonan los grillos,
de todos
el amor es el objetivo.
Miro al cielo,
aflora el blanco azul,
donde había cárceles
hoy hay escuelas,
es otro cielo
la mentada Kabul,
bordan contentas
las nietas con sus abuelas.
No existe el dolor,
el egoísmo murió,
flórese el amor,
la vanidad sucumbió…
Un ruido extraño…
abro los ojos,
veo hacia arriba…
sobre la pared
mi colección de antaño…
tengo un desabasto de saliva…
Yago sobre las sabanas,
sobre el mismo petate
que ocho horas atrás
me vio conciliar sueño…
que desconcertante;
que lastima
que del valle de la realidad
no soy el único dueño.
Desgarrador y emotivo desencanto lleno de inteligencia y genio...sigo leyendo tus escritos...-hasta ahora.