Luna plena
de primavera,
besando tu piel canela,
bandida íntima,
al través de la ventana
robando con su mirada argenta mi sueño.
Ínfima,
mi alma en brasas crece, y pervive el fuego
que hace un momento
incendió nuestros cuerpos.
Contemplo con recelo,
en el éxtasis de la noche, tu misteriosa silueta bañada
por la luz plateada
que se cuela furtivamente
por la ventana.

Miel dulce de tu corazón ardiente
derramaste, en caricias y besos,
sobre mí,
ahora, apacible,
Tu boca deliciosa expira tu suave aliento,
y el fuego de tus ojos oscuros,
nocturnos,
descansa bajo tus oníricos pensamientos.

Bañada en plata te vuelves y me miras,
y me incendias y me erizas.
La suave tibieza de tu piel se desliza
desbordante sobre mi rostro y mi pecho,
tus dedos pícaros
casi tocan mi corazón maltrecho.


HOPE

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