Cuando cae el sol mi piel se inunda de tus placeres, mi alma te envuelve sin que te des cuenta. No me buscas porque siempre estuve a tu lado esperando el momento adecuado para enamorarme de ti
Pareces no advertirlo, juegas a no entenderme pero sé que por las noches me observas dormir como una madre a su niño.
Tus manos recorren con frecuencia mi alma, llenándola de tibias caricias y besos robados. Tus noches se escapan embriagadas en mi cintura y en el perfume de mi pelo.
Tu amor me atrae, me golpea y me libera, me hunde y me acelera. El mundo fuera no para de girar y nosotros cerramos los ojos para soñar lo mismo y no volver a despertar.