No tardes en llegar que yo no tardo en volver
Yo tan yo. Y tu tan tú.
Yo tan Marte, y tú tan jueves.
Tan cerca de parecernos y tan lejos de ser iguales.
A medias tintas, entre bailar pegados, y levantarnos solos por la mañana.
A todas nuestras huellas escondidas bajo la piel, a todas las heridas visibles en el alma.
A todas las cicatrices que por el camino fueron surgiendo y se convirtieron en parte de nosotros. Por aquellas lágrimas sin sentido que correteaban por tus mejillas y acababan en la cumbre de tus labios.
Por aquellos besos sin pedirlos, largos y con lengua. Mordiscos por el cuello que curaban mis heridas, abrazos que tumbaban orgullos.
Lengua desmedida, juguetona y atroz. Dos baileys y un chupito y ya podía llover ahí fuera que nuestra tormenta de gemidos era mucho más sonora.
Por nosotros, que ni fuimos ni seremos. Porque somos, que en presente nos pone más decir las cosas.
Y si el sujeto se molesta que llame al predicado, revise los complementos de tiempo, circunstancia, directo e indirecto. Que del lugar para escondernos ya me encargo yo.
Que caer riendo es divertido cuando caes a mi lado, dando vueltas por el cielo mientras me agarro a las sabanas para no irnos volando.
A cafés, de sorbos lentos y sin azúcar. Así me gusta hacerte el amor, despeinada y recién levantada, sin prisa pero sin pausa. Ni solo, corto, nube, mitad o manchado. A mi me gustan largos y calientes.
A nosotros, que ya ni el hielo nos calma, usamos el fuego como el juego para quitarnos la ropa.
Nos miramos con la voz quebrada y el aliento desgastado, con doce uvas en la copa y la ropa interior por el suelo.
Y aunque no sea 31 nosotros celebramos el fin de año.
Porque yo, soy de Marte, y tú de jueves.
Memorias De Un Joven Escritor.
Instagram: saaul91
sauljesus.blogspot.com.es
Magnifico un texto lleno de imaginación, me gusto.
Un saludo.
Pol.