El Caos
Soy de los que necesitan un poco de caos en la vida para sentirse vivo. Y que mejor que el desorden y la lujuria para dar rienda suelta.
A ti, que te veo de lejos y te siento tan cerca. Para ti, que me robas mis sueños en las noches más oscuras, regalándome ojeras rosáceas en las mañanas.
A ti, que nos hablamos con los ojos todo lo que no nos decimos con los labios. Voy a redactarte pedacito a pedacito lo que haría con tu cuerpo en una noche.
Si me abalanzo sobre ti no trates de huir, no habrá donde correr o esconderse.
Empezaré por vendarte los ojos, para que pierdas el control. Me oirás acercarme sin rozarte y tocarte sin olerme. Y es que soy tan sádico que me gusta jugar con mis victimas. Y aunque no me guste mancharme de sangre, me pedirás tu muerte antes de que acabe. Porque créeme que cuando empiece a besarte por tus caderas desnudas no habrá nadie para salvarte.
Pararé, cuando más besos necesites. Y te besaré, cuando menos te lo esperes. Sonreiré sin que me veas, y haré caminos con los lunares que me vayas enseñando.
Si tu fuego me quema, arderé contigo en silencio. Y morderé los hilos de tus muñecas, para que te desinhibas como nunca.
Si me dejas, morderé tu cintura hasta llegar a tu cuello. Y desde allí te acariciaré la espalda hasta verte desnuda.
Con la piel de gallina no por frío. Sino por contacto. Y me pedirás que te mate. Porque pararé a buscar el hielo.
Lo pasaré por tu cuerpo derritiéndolo, mientras que con tus gemidos derrites mi alma.
Y a mis colmillos les hacen falta carne. Así que morderé tu cuello, hasta verte suspirar.
Te quitaré la venda. Para que nuestros ojos se hablen sin decirnos nada.
Y te haré el amor sin hablar.
Porque ya sabemos lo que queremos. Solo un poco de caos en nuestro orden.
Memorias De Un Joven Escritor.