Y ahora me toca huir,
dejándome el corazón atrás
las ganas, en la mesa del salón.
Las esperanzas en una silla vacía
y el deseo escondido en el armario.
Ahora me toca huir,
como un asesino en la noche
sin que nadie me vea
con mi sombra
escondiéndose de las miradas.
Ahora me toca huir,
con lágrimas en los ojos
esperando en mi habitación
a que decidas llamarme.
Ahora me toca huir,
porque tu amor llamó a la puerta.
Y no hay espacio en una habitación
para los amores verdaderos
y para los amores
a medias tintas.
Memorias De Un Joven Escritor.
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