TusTextos

Creación Espontánea N° 1

Horizonte
qué línea tan estrecha
qué rastro tan difuso
punto muerto
ni mar, ni cielo.

¡Vaya! Qué nos trae hoy el carcelero
Migajas duras para el almuerzo
sobras de la caridad de los pichones de techo
¿Qué pecado hemos perpetrado?
Para sofocarnos a la sombra de este encierro

¿Serán las ratas mis últimas compañeras?
¿O el frío de la cripta? ¿O el moho de las piedras?
En la agonía de la libertad privada, mi flagelo
busco una esperanza dormida, un anhelo
¡Patrañas! me engaño a mi mismo con un fútil consuelo.

Unas líricas líneas fueron mi crimen
Tu sombra el móvil y mi pluma el arma
la vertiente de tus sueños el lugar
y la esencia de tu mirada la víctima
Y yo: Victimario. abogado e inquisidor

Amor, quise matarte, lo asumo
Disparar mis letras a tu perdida mirada
aniquilar la melacolía de tu rostro
terminar con el velo gris que percibía
Ni tu lo sabías, pero a mis ojos no engañas.

¡Bien! en esta celda yazco
Encerrado por mi inquisidor
hombre de fuertes razones y porfíado empeño
el que antaño urdía trampas en tu camino
el que ayer persiguió la encrucijada a tu destino

En una isla perdida en el océano
en una celda húmeda y ruinosa
Mis restos descansan (no en paz)
Y contenida (mas no reprimida) se encuentra mi ira
Ira, no odio, más bien de lírica refrenada.

Una gruesa puerta de hierro hay en la entrada
diversas cerraduras tratan de guarecerla
las llaves en alguna parte se encuentran
por si alguien ha de liberar a este prisionero
¡oh!, ya veo, otra vez el fútil consuelo...

¡Mírame! este rostro no ruega nada
sólo es una soberbia bestia encerrada
un pescador que se convirtió en la carnada
no le pido nada a nadie, sólo dejo constancia
rastros para quién desee el retorno del bardo a su morada

Y en las noches de luna llena mi espíritu divaga
agoniza, muere a cada respiro de su existencia
En el suelo yace rogando por la venida del alba
del día que lo liberará de su tormento
de la muerte encarnada en la reina del firmamento.

"De ti cuidarán, de ti cuidarán..."
mas traerán dolor a mi cuerpo lacerado
En mi isla se pierde el horizonte
En alguna parte está el cielo
cuelga de mis ojos el mar desbordante...

¿O son mis lágrimas?

¿O acaso es el caleidoscopio al tártaro?

No lo sé, pero de nada me serviría.
Después de todo...

... pareciera que ya es para mí la cadena perpetua.


(O despertará el fuego de mi furia apagada)
Espectro24 de septiembre de 2008

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