Serge
La inocencia ha sido testigo de su sucumbir. Esas hojas muertas que en muchos otoños acompañan a las almas solitarias.
Me parece escuchar el crujir de sus cuerpos cuando son pisadas por los transeúntes, cuando son pisadas por la vida misma.
Un gusto leerte.
Serge.
07/02/13 06:02