Conozco una mujer esdrújula hasta la médula
que anda como un error por la vida
escondiendo su acento.
Ella se siente muy grave
de antiguas heridas que no resuelve.
Y los demás la consideran aguda.
Se sabe que los demás, siempre son necios.
Para mi es una lámpara
no porque la ampara
un ángel o su misterio
sino porque me ilumina
cuando entro en su cueva.
Esa mujer es un escándalo de la ortografía
porque esconde al mundo
que yo soy su acento.