Su Santidad: me oprime la urgencia de la cuestión esencial, por ello, sepa disculparme el atrevimiento, mi escaso conocimiento eclesial y este medio empleado para hacerle llegar mi pensamiento.-
Para ser breve, sabiéndome ya disculpado de mayores protocolos, me mueve a escribir la siguiente cuestión:
¿Cómo podemos los católicos, entusiasmar a un niño de hoy, con Cristo al desnudo, estando Usted, Benedicto, tan majestuosamente vestido?
Me niego rotundamente a ser extenso, pues lo considero un excelente lector, y confío plenamente que Usted comprende el más allá de la pregunta. Precisamente en este más acá, en este planetita que Jesús habitó alguna vez, Ël lo hizo de un modo rotunda y radicalmente opuesto a su propio estilo de vida, Su santidad.-
Ya se
y adhiero plenamente, a lo que decía nuestro común amigo, Urs Von Balthasar, que la Iglesia es Santa y Prostituta al mismo tiempo. Lástima por lo último, pero es así. Ahora bien, ¿y si nos dedicáramos sincera y coherentemente a disminuir nuestro lado putañero, por decirlo de algún modo? Y
si Usted se animara, por ejemplo, en estos últimos años de su vida
a exiliarse de los turistas romanos en algún pueblito de
Biafra? Piénselo, amigo mío en Cristo, sería nota en todos los diarios, que Dios sigue obrando milagros. Y los niños, empezarían a creer. Después de todo, estamos jugados y sin fichas, porque de la muerte
no se escapa, ni el peor de los jugadores, acaso el sacristán, ni el ganador de un concilio, Usted, el Papa. Luego
si al morir perderemos todas nuestras riquezas
¿por qué no la perdemos antes?
Hágase, en honor a los otros cristos, los pobres, que lo necesitan tanto. Hágase por los niños, que ya están en el reino de los cielos y por culpa nuestra, todavía no lo saben. Hágase, porque es inexorable, además de ser católicos, ser cristianos.
el papa no es cristiano
solo la muerte es cristiana
a pesar de todo, ella nos ama y nos cobiga en su seno a un mundo nuevo, eternop y de opaz y esplendeor.