Cuando duermo, el mundo sigue
al lado mío, ignorando el ritmo de mi corazón.
Y aquel río que no conozco
canta, quizás, mi nombre
mezclado, sabrosamente, con el tuyo
Cuando duermo, fluye
invisible y tiránica
la sabia por los árboles.
Cuando duermo algunas cosas pierdo,
otras, las voy a buscar.
Sin embargo duermo, como quien puede
olvidarse un poco,
del mundo, del río, del árbol.
Pero aun así
no puedo olvidarme
de vos y de esa parte tuya
que soy yo.