Sé el poder de dos letras, en un instante.
Aquella vez lo comprobé.
Me quedé en un bosque vacío de árboles,
y en la noche no había luna.
Si. Sé el poder. Simplemente dijiste No,
como quien inaugura un vasto espacio de nada
como una flor sin corola, desnuda y sola.
Sé el poder. ¿Y para qué me sirve saberlo, cuando es imposible el Sí?