Fabio
Otros lo habrán olvidado. Yo creo que en su cuerpo muerto, comenzó la corrupción
no sólo de su cuerpo, sino también del cuerpo místico de la Iglesia. Asesinaron a Juan Pablo I, Albino Luciani, y curiosamente ya nadie quiere hablar más de eso. Pasó. Ya está en el trono de Dios, ya lo llevan los ángeles a su destino final, ya contempla el esplendor de Cristo triunfante. Sí. Creo en eso. Pero los que somos también polvo, merecemos una explicación razonable, un intento de verdad, un mínimo de justicia. Por él
pero más que por él
por nosotros. ¿Y si el asesino está metido en el mismísimo Vaticano, como es de suponer, y todavía hoy sigue aconsejando al papa actual? La humanidad no puede permanecer así, despreocupada de algo tan importante, tan vital para esclarecer. Mataron a un hombre pero
¿quién? ¿cómo? ¿por qué? ¿para qué?
Estos son los interrogantes que ante la muerte de cualquier ser humano, cualquier ser humano debe hacerse. Pero en éste caso más. No se trata del humilde y buen sacristán que limpiaba los pisos de una capilla. Se trata quizás, si no me equivoco tanto, de un sacerdote que quiso limpiar
y no lo dejaron
la suciedad del mundo de las finanzas vaticanas, la suciedad de quienes ocultan cosas para dominar a los demás, la suciedad de quienes han ensuciado
nada menos que
el lugar de Pedro entre nosotros, al menos para los creyentes. Quiero preguntarle a Joseph Ratzinger
Si ni Usted ni sus amigos íntimos son responsables
. ¿por qué no inicia una investigación seria y razonable sobre este hecho?
. a menos que
algo huela mal en Roma no?
26/09/11 06:09