Ella tiene los ojos lejanos.
En la selva que es su alma.
Y en sus ojos verde oliva ,
Verdes hojas, verdes palmas,
verde musgo , verde calma.
Los etéreos rasgos de la nube , se desvanecen en llanto.
Una quimera , una nube que sube y se desvanece.
A medida que ella crece , la nube muere llorando.
Llueve sobre la selva, llueve sobre el santuario.
Mestiza de ojos lejanos.
Piel del ocre de la tierra.
Térreos ocres ondulantes.
Extensión sin fronteras.
Ella camina descalza, amalgamando el barro.
La hija de la etérea nube , palidece entre la niebla.
Oscurece con la noche ,desaparece en la selva.
Ella camina descalza y sus pies besan la tierra.
Según leía tu poema he imaginado a una bella mujer, esta mestiza de ojos lejanos, allá en alguna aldea de vegetación exuberante y vida libre.
Me ha gustado mucho.
Besos
Febe:
Realmente HERMOSO.
Cada imagen se queda impregnada en la mente y uno puede trasladarse a esa selva y vivir paso a paso todo lo que le acontece a ese bella mestiza.