Recuerdo cuando caminamos
aquel amanecer
en medio de Venezia
respirando
los primeros minutos del año
antes que nadie.
El frío nos cocinaba la cara
y el viento de la costanera
raspaba y empujaba
mientras cientos
de palomas gordas
negras y blancas
invadían segundo a segundo Piazza San Marco.
Algunos gondolieri
fumaban y charlaban
a pocos metros
mientras el sol
comenzaba a elevarse
y a hacer su trabajo.
Perdidos,
entre calles de agua
y negocios de recuerdos
seguimos caminando
en nuestro túnel
del tiempo.