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Perdidos

Antonio y Alberto eran dos amigos pero un día ambos se levantaron del lado equivocado de la cama.
En la tarde fueron al cine, pero cuando llegaron tuvieron que formarse en una fila muy larga y cuando llegaron para pedir sus entradas, estas ya se habían agotado. A Antonio se le ocurrió la "fantástica" idea de ir a otro cine que estaba en el centro de la ciudad, entonces fueron a tomar el bus, pero los muy idiotas fueron a tomarla en el lugar equivocado ya que el bus en el que se subieron los dejó en un lugar muy desolado y apartado.
El paradero que se debía tomar para regresar se encontraba en 5 km. así que empezaron a caminar, después encontraron un minimarket muy carero y solo habían latas de cerveza. Como estaban muertos de sed se las tomaron, se emborracharon y en vez de llegar al paradero dieron vueltas en círculos por horas hasta se quedaron dormidos en una cueva en medio de un bosque.
A la mañana siguiente se despertaron junto con un búho y con un enorme dolor de cabeza y a demás estaban desorientados y no sabían a donde ir.
Después de caminar por 4 horas terminaron en un campo extenso lleno de plantas y malezas, en el cual decidieron cruzar, sus celulares estaban sin señal y tenían mucha hambre, de repente encontraron un camino así que lo siguieron pensando que los llevaría a un poblado, pero cuando se dieron cuenta estaban subiendo un cerro.
Entonces miraron hasta ver donde llevaba el camino llegaron hasta una vieja cabaña perdida entre los árboles y en medio de la nada, tocaron la puerta y les abrió un ermitaño, quien los recibió y les contó que lleva 5 años perdido en aquel lugar, también encontró aquella cabaña y desde entonces vive ahí y que nunca a podido encontrar el camino a casa.
Al día siguiente tomaron provisiones, botellas con agua y emprendieron el viaje, hasta que llegaron a un río, pero se dieron cuenta que eran observados, no sabían lo que era, ni tampoco se dejó ver a simple vista, pero comprendieron que “eso”, fuera lo que fuera, les seguía desde hace bastante rato, miraron fijamente dicho lugar pero eso no se movió, en un acto muy arriesgado Alberto le dijo a Antonio que contaría hasta tres y entonces echarían a correr, dicho esto, lo hicieron, más fuerte de lo que nunca antes lo habían hecho, sintieron que eso se aproximaba cada vez más y más, entonces alzaron la mirada y vieron nuevamente la misma casa vieja, así que entraron y cerraron, miraron hacia fuera pero no se veía absolutamente nada, el lugar estaba desierto. Ambos se sentaron a recuperar el aliento luego de esa maratónica carrera, y casi les dio un infarto al oír que tocaron la puerta, se asomaron por la ventana y vieron que era el mismo hombre que les había recibido el día anterior, esto no fue sino el inicio de lo realmente extraño.
El hombre entró y saludo a los jóvenes exactamente de la misma manera como se presentaron el día anterior, como si fuera la primera vez que los viera en toda su vida, conversaron de lo mismo, era todo exactamente como había sido la noche anterior, comieron lo mismo y a la mañana siguiente, volvieron a salir para tratar de volver a la sociedad, pero para mala suerte de estos jóvenes, les volvió a ocurrir lo mismo, la persecución y retornaron a la misma casa, luego se repitió nuevamente la presentación del ermitaño todo exactamente igual, como si se encontraran en algún lugar perdido en que el tiempo se encuentra literalmente estancado, y por lo tanto, destinado a repetirse una y otra vez.
Intentaron escapar nuevamente, esta vez se hicieron de palos largos con el cual lucharían con eso, y lo hicieron, solo que no lo vencieron, solo lograron que eso se alejara, no lo pudieron ver ya que este siempre se escondía entre los arbustos secos.
Esta vez siguieron caminando tranquilamente, sin embargo, la historia se volvió a repetir, dieron nuevamente con la misma casa, esta vez comprendieron que eran prisioneros de ese lugar y estarían repitiendo lo mismo una y otra vez hasta el fin de sus existencias.
Y fue entonces que llegó el día siguiente, no sabían si era el cuarto o el quinto, ya habían perdido la cuenta, así que decidieron esta ocasión al salir, decidieron no darse la caminata de todos los días, ya que sabían que tendrían el mismo resultado de siempre, así que esta vez cambiaron de ruta, esta vez fueron hasta un árbol cercan y se tendieron a reposar un poco bajo su sombra, en ese momento Antonio notó algo realmente extraño, el ermitaño salió de la casa, iba hacia la misma dirección en que ellos acostumbraban a salir, por lo que decidieron seguirle, este se agazapó mutando en un ser extraño, parecía un canino pero sin pelo, sus ojos se volvieron completamente negros y sus dientes mutaron hasta transformarse en pequeñas cuchillas, y observaron más lejos y se vieron a sí mismos caminando hacia el riachuelo, y entonces ahora todo tenía sentido, “eso” siempre fue el ermitaño, entonces vieron como sus homólogos salieron corriendo y eso corría tras ellos, y decidieron correr hacia la dirección contraria, Alberto volvió la mirada y vio que eso los seguía nuevamente, había dado la vuelta, esta vez divisaron a lo lejos una carretera, siguieron corriendo hasta llegar a ella y la cruzaron, miraron hacia el frente, pero “eso” no se veía, de repente, divisaron a lo lejos un camión que venía a lo lejos, este transportaba gallinas, le hicieron señas y para fortuna de ellos, el tipo se detuvo, le pidieron que los llevara a la ciudad, y este aceptó sin ningún problema, se subieron atrás, acomodaron las jaulas y se fueron, mientras miraban hacia atrás notaron que eso estaba parado a mitad del camino y les sonreía mientras levantaba su brazo en seña de despedida, miraron más allá y divisaron a dos personas, eran ellos miso quienes ingresaban casi ebrios a esa zona, entonces “eso” río, se dio la media vuelta y se marchó tras sus homólogos. Desde entonces nunca más fueron los mismos, sintieron que “algo” les hacía falta, y lo peor aún, es que jamás lo recuperarían.
FIN
Felixidio14 de diciembre de 2014

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