Tu boca: silencio de silencios
de noche entre tus ropas
me tocas y me destiño
en tu arco iris de arco iris.
Tus palabras: filosofía de mis oídos
compás en mi ritmo cíclico
y toda mi musicalidad de notas muertas
se vuelven acordes de canciones profundas.
Tu alma: soledad de soledades
brisa de noche y día, aire de piel suave
memoria ausente y ansiosa que vuela
en la ventisca de la poesía del olvido.
Tu tiempo: fugitivo de mi reloj
arena de tus arenas, miedo de mis miedos
tiempo y tiempo, agujas por años y siglos
de tus minutos adolescentes en la vejez de mis segundos.
Tu alma: soledad de soledades
brisa de noche y día, aire de piel suave
memoria ausente y ansiosa que vuela
en la ventisca de la poesía del olvido.
Un poema suave y candencioso, pero de intenso sentimiento. Excelente combinación, poeta de las bellas imágenes, me ha transportado ... Un gran abrazo, Fernando!