Domínate Dragón, que El
Resto es Ajeno
15 de diciembre de 2008
por flow
Buscando el amor propio no era un slogan que elegiría para su vida, solo sucedió que se le aplico muy bien. No sabía desde cuando pasaba esto, fue como despertarse una mañana, decir anonadado ¡Señores, si que estoy jodido! y comenzar una nueva filosofía de vida, de la sorpresiva nada. Puede que en esos días, las calaveras con sabor a mora hayan mostrado su verdadera forma y esos cráneos lo atormentaran. Pero de su falta de interés en lo ajeno y frivolidad quedaban poco más que cenizas.
Hoy en día, no es que es cosa fácil convertirse en otra cosa en cuestión de segundos. Aunque las barreras parecen mucho más fáciles de vencer cuando uno esta decidido. A pesar de que estas se mueven en do mayor, con la convicción, es más sencillo cazarlas. Un si bemol las atrapa y las consume, las manipula para transformarlas en lo que él quiera, tal vez un pacifico mi, con suerte y destreza se haría un fa.
Si señores, él estaba totalmente convencido de ser un si bemol. Y este era el momento de demostrarlos, algo era seguro, había que ir a matar dragones antes de navidad, alguien normal lo hubiera pospuesto hasta año nuevo. ¿Pero si en veintitrés años nunca había echo caso a las propuestas que se hacia en año nuevo, por que habría de hacerlo ahora? Más valía agarrar el asunto desde la raíz y emancipar a los problemas lo más rápido posible. Por que los dragones son engañosos, y preferible tenerlos calmos, a que te arruinen las vacaciones. Este plan, era a prueba de fallas, las murallas temblarían con su escala, serían su dominio.
Camina erguido y lleno de orgullo, todo alrededor huele a gasolina con chocolate. Se para asustado, el olor de la realidad lo esta derribando. Los dragones lo engañan y lo seducen para desertar, pero él inteligente y resuelto percibe los suaves tonos del chocolate en el fondo, y su paso se hace veloz. No hay placebo más convincente que el de tu propia mente se dice alentándose.
Y ahora, él descubre que, cuando uno se quiere a uno mismo, es muy sencillo querer al otro. Ya que no lo inhibe la opinión general, él vence los obstáculos, sumergiéndose en el viejo arte, de seducir al sexo opuesto.
Sigue leyendo a Flow arrow_downward
Común1327 lecturas, 1 comentarios