Con mis piernas sobre las tuyas y tu lengua entre mis dientes se me hace imposible pensar eficazmente. No puedo más que notar el sabor de tu boca, y tu nariz fría sobre mi mejilla ardiendo. Me faltan manos que te arrastren a mi lado, que te atraigan y rocen tu piel con la mía... Me faltan brazos para comerme todos y cada uno de los milímetros entre nosotros, y he de recordar que estamos en la calle para no arrancarte la sudadera a mordiscos. Nunca estaré lo suficientemente cerca de ti, nunca.
Me da pánico creer que alguien pueda aparecer y robarme lo que tanto anhelo, que haga que tus enormes ojos marrones dejen de mirarme y que tus labios cortados dejen de besarme. Me aterra, porque sé que no podré competir con otro cuerpo, con otra mente superiores a mí.
Te digo "te quiero" y sonríes, y el mundo parece ser un lugar cuerdo. Y cuando te ríes y dices cerca de mi oído: "te quiero mucho", sé que no necesito otro oxígeno para seguir viviendo. Que tú me das el aire que me falta, la vida que me forma. Me lo das todo con cada palabra que me dices, con cada sonrisa que dibujas en tu cara, con cada caricia en mi cuerpo desentrenado.
Eres perfecto, perfecto, jodidamente perfecto para mí. Y tanto mejor si nadie lo ve, y aún mejor si te importa una mierda mientras yo sí pueda verlo.
Que te quiero, que mi amor roza la obsesión, porque ya no concibo un futuro que no sea contigo, te borran de mi mapa y me pierdo para siempre. Llegaste en respuesta a las plegarias que nunca hice en voz alta, salvándome de mí misma y recordándome que estoy viva.
Me da igual si hacemos o no una buena pareja, si nos miran o nos tiran piedras... contigo siempre será el cielo lo que nos rodee.
Hermoso! Un saludo.