Y después de tanto tiempo te volví a ver,ahí estabas, igual que siempre pero con más dolor, y después de hablar y contarnos nuestra mierda, volví a abrazarte, a oler tu perfume, como si volviese a entrar a mi antiguo y conocido hogar. Y mientras escuchaba los latidos de tu corazón y sentía tu cuerpo a través de la camiseta, te di las gracias, sin que tu lo supieras, por ayudarme a seguir saliendo de mi terrible abismo una vez más, gracias por todo lo que has hecho.
Y echaba de menos tu presencia y hablar contigo como lo que más, sólo fueron 15 minutos, pero, una vez más, lo necesitaba, te necesitaba, porque tu eres quien repara mis alas y me hace volver a volar yo sola.
Que bonito, tener un apoyo así. Buen relato