Todos tenemos un don, el de algunos es tocar un instrumento, el de otros ser muy buenos en el deporte, el de otro las ciencias y el de otro las letras.
Yo también tengo un don, mi don es ser invisible y poder desaparecer sin que nadie se de cuenta, sólo tengo que irme echando para atrás lentamente hasta llegar a la puerta, luego simplemente salgo y me voy, nadie se da cuenta que me he ido hasta que pasa un buen rato.
Ser invisible tiene cosas buenas y malas, buenas, puedes irte sin que nadie se de cuenta, si quieres estar sólo es fácil, si no quieres que te molesten...pero como todo, también tiene sus cosas malas, a veces te sientes muy mal, echas de menos que te tengan en cuenta y deseas poder ser uno más.