Y de repente sientes un nudo en la garganta y sientes como todo lo que llevas dentro sale y provoca una honda expansiva arrastrando todo a su paso, y, es que, cuando todo arde dentro de ti ese dolor te quema desde lo más profundo de tu ser y el corazón y el alma lloran y piden a un tal Dios que les saquen de ese abismo, de ese pozo sin fondo del que no podrán salir, y mientras te ahogas y te quemas por dentro en lo único que piensas es en arder totalmente y consumirte y escapar de esa hoguera que te abrasa desde lo más hondo de ti mismo.
Y a veces cuando estás ardiendo te arrepientes de arder y de consumirte con la misma facilidad que una simple hoja de papel. Y susurras a alguien inexistente que te arranque de tu abismo, de tu propio pozo sin fondo, de ti mismo, de tu mente, de tu dolor, de tu realidad, de ti. Susurras al viento que te lleve con él, que te haga libre, que te saque de tu jaula, que te haga escapar.