Lápiz y Papel

Deslizo el lápiz por la hoja, algo suena, apoyo mi frente sobre la mesa, maldita sea.

No hay nada más frustrante que una inspiración rota, eso suele suceder, pero odio que pase. Tanto en la vida, maldito infinito, es esa misma esencia la que hace que se limite mi inspiración, miro en mi interior, mas vacío, sigue siendo infinito, maldita sea porque las cosas mas insignificante en mi vida, me alteran.

4.:00 am, si lo sé, es temprano, no tengo sueño que más puedo hacer, la angustia de pensar, me comió el sueño, pero pensar en qué? Quien sabe, quizás en la posibilidad de no pensar, por qué eso es tan difícil; mantener la mente en blanco, es pensar en blanco, mantener la mente vacía, es pensar en lo vacío, o de pronto

Es inútil no puedo lograrlo.

Bueno, me resigno, que tal si escribo sobre ello, así tal vez pueda tranquilizarme y volver a dormir.

Busco en todos lados, dónde esta, dónde esta, maldito lápiz dónde esta!!

Cierto, deje la cartuchera en casa de Ana, ahora, que hago?

Piensa, piensa más, es tu única forma de remediarlo, ah si! Tu hermano, si tu hermano debe tener en su cartuchera una infinidad de lápices y bolígrafos.

Enciende la luz, no! No lo hagas podrías despertarlo, y seguro no te lo prestará, róbalo, no! Tiene 10 años, seguro lo necesita.

Pero encuéntralo!

Abre el closet, pero con cuidado, mete la mano y saca el bolso, ahí seguro tiene su cartuchera, y en ella esta, si ahí estará. La cartuchera donde esta, donde esta, la siento! Mas la siento rara, ábrela! Solo hay un lápiz, un solo lápiz.Si, seguro no te lo habría prestado, aunque seguro que lo necesita, tómalo y sal de allí.

Si lo has logrado, y el agua ha hervido, sirve el café, toma tu cuaderno, y siéntate en el sofá, si ese mismo sofá que te ha recibido en noches de trasnocho, estas misma noches de desvelo, enciende el equipo, suavecito! Que nadie se entere, pon la lámpara muy cerca de ti, toma el primer sorbo y empieza a escribir.

Espera, primero tomate el café, de este modo, el antojo no interrumpirá el momento. Tómatelo! Si eso es, ahora si, escribe.
Deslizo el lápiz por la hoja y maldita sea, no, no hay, no hay sacapuntas.

No hay nada más frustrante que una inspiración rota, eso suele suceder, pero odio que suceda por un lápiz!!

Si, un insignificante lápiz, tan finito, como el mismo sacapuntas que necesito, aquel mismo insignificante acabo con la infinidad de mis palabras, no con el desvelo.

Ahora recostada en el mueble, con música, y un café en la sangre, no queda nada más, que volver a pensar.

Qué sobre que iba a escribir? Eso lo dejare para otra ocasión.