Just Feel
La ciudad a tus pies y tú entre mis brazos. Aunque puede ser que esa vista maravillosa se ponga por última vez, y eso me pasa por cobarde. Cobarde por querer dar tanto, y no llegar a regalar nada. Solo rayas en el agua. Tantos esfuerzos pasados han traído sobrecargas al presente. Pero no quiero intentar justificarme. La culpa es mía. Por no saber allanar caminos. Porque aunque por una pequeña parte crea que es conveniente cerrarse para no dejar pasar más espinas, también dejaría sin dejar entrar a la flor. Sé que no quiero seguir así. Sé que no puedo seguir así. Que no va a traer nada bueno a nadie, pero cómo no, ahí está mi polo norte intentando protegerse impidiendo el desprendimiento de más glaciares.
Nadie sabe lo que me duele ver esa decepción reflejada en su cara. Esa decepción que yo mismo creo. Y nadie sabe lo mucho que me odio a mi mismo y el asco que me cojo por todo eso. Tampoco se sabe que el pecho me arde y mis ojos están dejando un pequeño rastro hasta mis labios. Que quieren volver a verte me dicen. Los entiendo. Y lo único que me sale es apaciguarlo todo con una maldita fachada de mierda. Y a estas alturas, a veces creo que no hay fachada, que todo lo que ves es todo lo que hay, pero me quito la idea de la cabeza por las veces que he pensado en besar o abrazar y me han costado mil alientos, y ver que a veces algunos sí conseguían mezclarse con el viento, que es su sitio.
Cobarde por no seguir el juego, ese al que no me atrevo a jugar porque alguna vez me hicieron trampa. Vaya excusa de mierda. Estoy aterrorizado y punto. Un terror que poco a poco afronto. Poco a poco. Poco a poco. Espero el tiempo esté de mi lado y no sea tarde, porque todavía no me voy a rendir. Porque algunos alientos consiguen escapar y mezclarse con el viento. Y yo, también quiero escapar de mí y mezclarme. Contigo. No te vayas.
