Desde ese año del 95 los veranos son abrasadores. Visto crecer por una tierra de sol y maravillas de cara a la Carrera del Darro. Cinco letras esconden un pequeño lado opuesto a lo establecido por el nombre que eligió mi hermana por mí. Siempre se me dio bien recitar vidas y arruinar versos, plantar rosas con espinas, laurear amaneceres, evaporar instantes y lucir en otras vidas. No lo entenderíais. Suelo fingir bonito y escribir triste. Escribo porque estoy triste, y escribo porque la tristeza me hace escribir. Escribo porque siento, y siento por lo todo lo escrito. He entrado en un bucle infinito y no tiene pinta de que quiera salir. La palabra es verdad que tiene ese don que dicen que tiene y la fama no tiene porque ser mala de seudónimo.
Tienes muchas y brillantes ideas que salen como atropelladas de tu pluma, adornadas de certeras imágenes. Sé que irás dominando esos impulsos. Te seguiré leyendo.
Un abrazo.