El próximo 14 de febrero se celebra San Valentín, el día de los enamorados. Solo tenemos que echar un vistazo a nuestro alrededor para darnos cuenta de que el amor no entiende de barreras físicas y encontrar preciosas historias de personas con discapacidad dignas de ser contadas en el día más romántico del año.

María Ángeles Pozuelo, psicóloga del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y autora del blog Afrontando la lesión medular, lleva veintisiete años trabajando en el centro y tratando a parejas en la primera etapa de la lesión medular. "Existe la creencia de que se rompen muchas relaciones tras la lesión, atribuyendo la causa de dicha ruptura a la silla de ruedas. Sin embargo, la ruptura no siempre es atribuible al hecho de la lesión-secuelas, sino al grado de compromiso y calidad de las relaciones previas". Por fortuna, son muchas las parejas que han seguido juntas después de adquirir una discapacidad, hecho que incluso les ha unido más.
Cuando se da el caso contrario, "nunca parece oportuno el momento de la ruptura y más para el lesionado, que tiene que hacer frente a dos pérdidas relevantes". Sin embargo, las rupturas dan paso a otras relaciones que, a veces, parecen el argumento de una película romántica.

Como apunta María Ángeles Pozuelo: "habiendo amor no hay barreras, y habiendo amor la vida va sobre ruedas".

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