Hoy le quiero gritar a la almohada lo mucho que te hecho de menos, he comprendido 4 copas de vino después que sin dudarlo regresaría al tiempo a la ultima vez que te mire y me quedaría a vivir ahí por el resto de mi vida.
Sigo esperando pacientemente el día en el que decidas asomarte a mi ventana, tengo el equipaje listo hace demasiado tiempo, lo necesario para el viaje: Un par de cicatrices, un mar de lagrimas, alguna que otra sonrisa y un perfume en la piel que no me pertenece, ni te pertenece. Ya ves que esto de la soledad no se llena con cuerpos ajenos cuando todo lo que deseo es a ti.
Mira que los años siguen pasando y el verano cada día tiene menos sentido si no es tu boca la que abre paso al sol.
He renunciado a todo y me he puesto en huelga, atada de alma a una cama en la que ya no estas y que cada día se hace más grande si no eres tu quien lee poesía sobre ella.
