Tenia tantas aves en las manos, reventaron
para desplegar el aire, desplegar el ala contrita
y escapar.
Luego mi tentación humana los traería de nuevo
con migas, solamente con miguitas de pan.
Cuánta mentira en los hechos y
y las palabras,
tanta como veracidad
en cada ojo que ve.
Volverán
se fueron
volverán. Desde niño lo vi asi,
asi,
con mi ojo nacido del borde.
Tantas subidas y bajadas, no es el mareo
es el miedo de que la pendiente no termine,
de que cegue al fin la terrible cima brillante.
Mientras, no niño pero si juguetón,
desgrano panes en el patio de mi recuerdo viejo
que ya se va volando con las bandadas.
Necesito aspirinas. La tarde es demasiado para mi.
La noche no tiene sueño. Me faltan aspirinas.
