Mordiéndote el quiste
encontré algo más blanco
que mi propia inflamación roja,
éramos líquenes desconocidos
éramos personas,
lo contrapuesto
contra lo atravesado,
aunque desde arriba,
lo eternamente paralelo,
las horas, los holas o las fechas,
personas puras, tan de carne
que se pudren mientras hablan,
y si lloran vuela sangre,
si se besan se destrozan.
Hermoso, maravilloso, ominoso, es precioso, ¡felicitaciones!
Cuervo