Masticando estás
masticando estás una cosa
masticando estás una cosa
y es mi culpa que la mastiques
alguna cosa como la almohada
alguna cosa como tierra áspera
aún en nuestros mejores días
es luz lo que impide ver cosas
y te juro yo que quise decirte una
una nimia asquerosa rotulada cosa
y tan rotulada sonaba, como del frasco,
que
que...
asco.
De pronto,
vomitás lo que estabas masticando
pero no es en nada parecido a aquello que te dí probar.
¿Qué cosa masticaba, qué cosa? Las cosas no son más que cosas y no se pueden masticar.
¿La vida es una cosa? La vida no se mastica, se la muerde. Se la muerde con dientes de fiera, de alimaña, porque si no se hace así es la vida quien se apodera de nosotros y nos va devorando poco a poco.
Gentío: Es de los poemas que más me han gustado de todos cuantos te he leído.