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Parte Tres

.-De cualquier forma sentimos que corremos, que aunque más no sea asi de vertiginoso, se añora la etapa que ha de venir con los ojos despiertos. Pues también se aclaró, exacerbar las sensaciones al punto de la humillación de la voluntad consciente es de las mejores armas del capital. Corremos, como buenos hamsters. La involución no se presiente en grande palabras mayúsculas tan sólo porque el proceso de su ideología está dictado y marcado por geniales mentes, voluntariosas y creativas. Éstas han de idear la Obra Humana que se debate en el odio y en ninguna otra cosa. Resulta complejo el modo en que interactúan estas afluentes de la conducta, la del conocimiento e inteligencia y voluntad y a su lado, la que llama a lo irascible y lo monstruo, lo alevosamente metódico. Desemboca el odio abierto bramando por boca del hedonismo y paradójicamente, de la esclavitud (paradójicamente para los que acarrean la maquina con este pensamiento pseudolibre y egoista, yo se de corte que el hedonismo no puede resumir en nada lo que son las libertades, ni aún una de ellas: es consumición y nada más. Consumición del fuego mordaz de sus voces libres plagadas de risa. Supo haber tendencia y belleza. De blanco y amarillo se recordarán los dias alguna vez.-
.-El valor y los corazones se encuentran a su merced y siguen trabajando en pos de aquello. Hoy, se añora más un escape que una victoria, lo que es gloriosamente absurdo para quien reside y comprende, el menor de los problemas: el incomprendido social, que ni abunda ni se reconoce que anda entre los vivos. (escape a cambio de victoria suena bien realista, en una era de lo más real)
.-Ahora, nada es la actividad militante que practican unas seis mil y algo de millones de personas. Seis mil y algo hasta la fecha, en cuentas de lo más inexactas pero que no fallarían en correlación a las de las Organizaciones Mundiales.
Los números son capaces de volver loco al hombre, cuando éste les da el peso que correspondía a los clásicos simbolismos de cualquier libro de historia, política o mierda que represente el siglo que pasamos (democracia, equidad, justicia, ley, moral, fe, nación con tal inclinación, tal otra...) Y qué siglo fue, se han puesto en su lugar gran parte de las piezas, como para que el regimiento empiece a tomar decisiones inverosímiles, o directas.
.-Mientras tanto, sostienen nuestras artes, el derecho a los suelos y recursos, todas las monedas valederas de circulación (la palabra también) y el consentimiento recíproco: los colegios y las fuerzas armadas, el hospital en donde se atiende la herida del insurrecto.
.-El insurrecto, al igual que el desplazado o incomprendido social, carga con las ganas y la desesperanza a la vez. Digamos, su sentir no tiene peso, ni en su juzgar hay oidos atentos. No consta de más que su bilis, la frialdad que le confiere esta época y los 40 otros locos idénticos que dan giros en esta ciudad descontrolada. Pero no puede hallarlos, el insurrecto está virtualmente separado, desconectado de la unidad celuloide de acero y cristal. El insurrecto piensa mientras, y mantiene la verdad viva. Su arte no puede sino ser reconocido, aunque no parece muy voluntarioso; pero vamos, es ésta la época.