Me debatía entre seguir hurgando en busca de ese moco, o emprender la marcha. ¡Pero qué pena doblegarme ante los árboles en sincronizada caminata, esquivando las mismas esquinas, a las mismas personas! Un reloj estallará antes de que vuelva por mis propios medios; no señor, no puedo contentarme con una simple vuelta a casa, en esta estación sucedió lo más remarcable, lo más considerable y singular: sucedió el amor. Ahora que se halla la pobre viajando a kilómetros de distancia, pienso sin remordimiento que el apego a las cosas y las personas es un pesar prolongado, o un apuro inevitable.
Ultimamente esa vieja costumbre de dar vueltas a las cosas en mi mente, termina mal. Me sucede de este modo: pienso una cosa, la sopeso, la invierto y evalúo el pro y contra, es decir, la 'contradicción' de la cosa.
Finalmente me contento con la simple observación y vuelvo a lo mio,
fumar
leer
caminar,
escribir pegajosa poesia
amar hasta el abandono... revolver mocos.
