Cañerías grises meciéndose por toda la ciudad,
bocas de vómito para el borde oceánico
y subjugo de rata. Lo que quedó en Buenos Aires de la desgracia.
El centro explota,
¿nos arrinconamos asi? La vereda plagada de panteras rosas
y antílopes encabritados.
Las noticias mantienen falsos corderos lejos
de la ira de los antílopes.
Los pobres viven a causa de una célula de maldad
esparcida espora de anthrax,
un pacto con las narices,
cañería porta cianuro.
Me saco sangre de las cutículas cuando duermo
apreto la ingle boca abajo,
sueño con mis propios bebés
y apreto la ingle boca abajo.
Caigo en someras ansiedades típicas de los cuarenta grados
y las moscas...
Alguna indubitable realidad posible me llama a procrear,
a desearlo. ¿Salvaría mi hij@ a los cristianos caídos en desgracia?
¿Un nuevo retoño de lo divino?
¿Imágen sempiterna de la inocencia?
No, serán cristos muertos a los cuatro años: luego del juego,
el sandwich
y los primeros odios profundos.
Querer rescatar las ideas y las almas enmohecidas
dándole lugar y vida a más gusanos.
Una manzana sin penicilina que se pudre,
el subjugo fluido en la alcantarilla,
tubería que vomita.
Necesitar más, darle succión al ego,
creerse
poder razonar otra nueva vida con lo incompleto de la que llevamos.
Antílope, has de ser cazado y muerto por tus sueños.
El copular de águilas con bestezuelas terrestres,
sonidos de chapuzón rojo
a las hordas desmedidas en la sangre
avanzando sobre el caos botánico
de plantones y rascacielos.
La ciudad se apreta y es homicida,
vende su patria y recuerda a Hiroshima,
cuando el verde radioactivo le cubre la espalda
como a una serpiente...
Las poblaciones... ardua tarea comprender que...
antaño, los nenes eran fuerzas productivas obligadas
acelerando el ciclo de los estados del terror.
Ardua tarea hoy comprender que
los hij@s son lastres muertos con colmillos.
Cañerías grises meciéndose por toda la ciudad,
bolsa sobre bolsa envasada al vacío,
poemas y fractales,
arañas dictadoras del falso concepto de la limpieza.
Un sol durante el dia, cien en las noches de aullidos.
Comienzo del juego.
