Sentimental, sentimental
tiraba de la corredera,
asustaba gacha la cabeza,
le amenazaba con premura
a su querida, sus queridos,
sosteníase sin certeza,
desviaba lápices como proyectiles a ultranza,
no le daba atención a la complacencia
Ni le importó ni se fijó nada en la circunstancia,
limada,
le diría en última instancia
en su arrebato cuál era la amada,
cuál la desnuda, cuál la regalada.
Le puso confianza neta a volar
tan fino como un trazo, como cálices
abarcando hechuras horrendas,
como si no le importase, no le importase y lo oliera
ni soportara vivir la afrenta,
la golpearía porque era un hombre solitario
a la luz del borde y la quemazón, mareado.
Era un hombre solitario,
asi era él. Luego del golpe,
con su resaca
sentado en el fondo plano sin pensar
en todo lo que había hecho,
la hechura no importaba,
era un hombre solitario...
Muy buena poesía gentío Saludos