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La Ascención - Iv - 30 de marzo de 2012
por gerardo
Mucho después de que partieran los luzavianos de aquel claro, la compañía de Kcire marchaba según lo previsto, varios días delante de la caravana principal, para poder hacer las correcciones del curso a seguir con suficiente tiempo. Con la ayuda de Zavel la compañía había podido marcar un sendero espacioso y seguro, por donde el pueblo marchaba rápidamente y sin contratiempos. Cada cinco días, con la primera luz, partía un equipo de mensajeros de la compañía de Kcire, tres hombres regresaban por el sendero marcado y llevaban los detalles del viaje a Zeveín que estaba a cargo de los luzavianos, le daban indicaciones y toda clase de información que enviaba Kcire desde el frente de la marcha. Luego de un día de descanso, los mensajeros regresaban hasta el rey.

Sucedió una vez, durante un día en que se esperaba mensaje, que Zeveín aguardó hasta tarde, mucho después de la doceava hora de sol, la última hora del día, y los caminantes no llegaron. Vigiló Zeveín la frontera este del campamento, junto a Htebsil, esperando la llegada del mensaje de su padre, pero este no llegó. Durante el siguiente día, después de la tercera hora, ordenó Zeveín que partiera un equipo mensajero hacia el campamento de avance, pues tampoco ese día apareció el mensaje de su padre entre los matorrales, ni por el camino.

Pasaron los días, la marcha continuó, pero los mensajes dejaron de llegar. Una mañana, días después de que Zeveín enviara a sus mensajeros, Htebsil llevó al príncipe y al cartógrafo hasta su tienda y les dijo: hoy temprano, cuando salía yo a cazar, me encontré entre las malezas del campo, rastros de sangre, harapos sucios y ensangrentados, el sobre de cuero curtido con el mensaje que enviamos al rey Kcire en su interior, y huellas muy grandes en el mismo lugar. Ya busqué en los libros y no tengo dudas, son huellas de lobos, temo por la seguridad de los que marchaban adelante.
Zeveín ordenó que una segunda compañía a cargo de Lanzlov y su medio-hermano partiera de inmediato. Lanzlov un hombre sabio y muy hábil para andar entre los bosques y Lotoz era veloz y muy valiente. Se envió una docena de hombres, veloces y armados, que alcanzaran a Kcire y dieran aviso de lo sucedido y trajeran noticias de la marcha.

2 Comentarios

habéis creado un mundo muy particular, fantástico, pero me gustaría que la historia no fuera tan ideal, tan imaginariamente predecible, sino mas real, me refiero a acontecimientos, sentimientos y personajes mas intensos, sin caer en esa historia excesivamente mágica e inocente

19/04/12 07:04

crítica, gracias, me gusta. Lo tomaré en cuenta para próximos relatos. :)

23/04/12 06:04

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