Se retratan muertos a domicilio. Así reza el anuncio que trajo al taciturno fotógrafo al domicilio de la familia Robbins . Sentados en torno a una mesa, silenciosos, esperan el retrato. La señora Robbins , los ojos enrojecidos y el alma rota . El señor Robbins curioso e incómodo, intenta adivinar los movimientos del sujeto , que tras el armatoste les ha de inmortalizar. Junto a ellos , el pequeño Tim , frío y ausente, espera sin prisa. Cuando horas mas tarde, el fotógrafo abandone la casa , contestará con seriedad al señor Robbins, que su trabajo , no tiene nada de peculiar y que sus modelos son iguales a los de cualquier otro fotógrafo, con la salvedad, de que alguno de los suyos, ya lo ha comprobado.
Que bizarro