Gracias, Greko. La Ciudad Prohíbida, la emperatriz viuda, los pies ligados cruelmente de las chinas, aunque la emperatriz era de la dinastía manchú y ellos no seguían esa costumbre...ha sido la canción de cuna de mi infancia. Me han dejado de herencia y como manía que siempre envuelvo los regalos que hago en papel de color rojo; el color de los regalos y la alegría para los chinos
Está para leerlo ... cadenciosamente... escuchando, o mejor, imaginando, el bolero de Ravel. Felicitaciones siempre. Saludos.
Con ritmo y tiempo invariable, obsesivo y a la vez con modulaciones... un escenario abierto y nenúfares suspendidos marcando el tiempo ante su inflamada visión.
A mi me encanta leerte,
Pues yo me levanto para aplaudirte al ritmo del bolero de Ravel, que cuando lo he oído en concierto, siempre me impresiona por su fuerza y su ritmo visionario. Como tus letras.
Un gran abrazo.