Cuando me adivinas,
como ausente caricia
o presencia inventada.
Suelo sentir la brisa
que, en la tarde,
no hace nada,
porque es brisa
o canción emocionada.
Y entre los pasos agotados
de callar constante
el pájaro amante de la noche
se aposenta en mi alma.
Calma de vuelo entre el soñar
y el cielo protector
que nos provoca.
Grekosay:
Amigo he quedado arrobado con este poema, no tengo que adivinar que tu alma es espléndida porque lo sé a ciencia cierta.
Un abrazo bajo este cielo azul, reflejo de tus letras.
Sergio.