Le llegó el tiempo en que necesitaba estar presente, que dijeran su nombre, que le señalaran, aunque tan sólo fuera por equivocación. Había aprendido a mirar con frialdad. Era inmensamente inconstante, como si le hubieran arrebatado el derecho a equivocarse. Valoraba su tiempo como una cadena de acontecimientos, sucesos repetidos y casi planificados. Miraba hacia afuera, donde el mundo está cuajado de señales confusas. Allí quería estar. Allí sabía que la vida le ofrecería una oportunidad única. Bajó a la calle. Se cruzó con los mismos seres, con las mismas etiquetas, con la inequívoca certeza de que todo estaba colocado allí para decorar la existencia. Por una vez deseaba equivocarse.

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2 Comentarios

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  Vocesdelibertad

  Es mejor equivocarse que persistir en el error de la frialdad de una vida programada. Los errores enseñan y hasta produce un sensación de libertad cuando se comenten y reivindican.
  Saludos,

  09/08/10 04:08

• 

  Serge

  Grekosay:
  Amigo los seres humanos somos proclives a cometer errores, inclusive esa programación que mencionas fue un gran error para él, se olvido de ser él mismo.
  Amigo siempre me dejas rozando el alma.
  
  Un gusto leerte.
  
  Sergio.

  09/08/10 04:08