Cierra los pétalos abiertos
de la flor más hermosa y canta.
De tus ojos el profundo oscuro,
cetrinos pedernales que sesgan sentimientos.
Nada me dejes en el corazón,
qe ya te olvida.
Como el último llanto en una tarde
cuajada de árboles cansados.
Será de ese modo sincero y callado,
despertar en la ausencia de tu esencia
y recordarte en ese adiós de nube.
El temblor inesperado
de la aguzada insistencia
cambiará por esa ausencia
ya anunciada.
En ese adiós de nube,
en ese adiós,
sin ti,
sin nada.
Como el último llanto en una tarde
cuajada de árboles cansados.
Esta hermosa frase me ha calado muy adentro, te la robo.
Me suena a dulce ese adios de nube, se siente suave, melodioso aunque triste a la vez.
Un abrazo amigo.