De la mano de la sombra
deambula entre prados de luz
robados a la garganta que le nombra
entre amargor arrugado de altramuz.

Muerde los caminos y la sierra
con la esperanza de no devorarse
roído, casi plano sobre mojada tierra
sin la esperanza de volver a amarse.

Caen los rayos de tormenta
devorando sus ojos impotentes
entre el viento que ya no aventa
el contorno de sus ojos ausentes.

Y en lo inocente, impulsa su paso
unos rizos amados, dorados de risas
estrangulando la invasión de su ocaso
entre duras y eternas piedras calizas.

Cuanta muerte brilla en su vida mate
cuanta oscura sangre de un corazón
que impulsa un alma que apenas late
y en su apnea, resquicios de razón.

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4 Comentarios

• 

  Marellia

  Apenas un latido, apenas titila la vida...
  Que decir? me dejas el corazón arrugadito de tanta tristeza y realidad.
  Un abrazo

  20/11/12 01:11

• 

  Buitrago

  ...Caen los rayos de tormenta
  devorando sus ojos impotentes
  entre el viento que ya no aventa
  el contorno de sus ojos ausentes...
  
  Me ha encantado
  saludos
  
  Antonio

  20/11/12 09:11

• 

  Guillermo

  Gracias MARELLIA. A raíz de tu comentario he cambiado el nombre del poema por el de Apenas un latido.

  22/11/12 12:11

• 

  Guillermo

  Me gusta que te guste Antonio. Salud para ti amigo.

  22/11/12 12:11