Cadena que arrastra
un vagar de plomo
mate silenciado.
Un caminar
apuñalado de luna ciega
cogiendo la mano
de una madrugada seca
vestida de seísmo de serpientes.
Vuelve el anhelo
de los ojos que no se ven
telones de la noche
cantando melodías
de silbidos de guadaña.
Escondida piedra preciosa
de granada esmeralda
casi dormida en su rajado.
Vuelve la soledad
desbordando la huella
de un querido corcel
galopando contra el viento
clavando su casco
en el cráneo del injusto.
Volverá el amor
siega de fresco pasto
para bestia de justicia
que seguirá galopando
hasta un horizonte
con ojos ya encontrados
de flor de granado.
Tus ojos
amaneciendo.
Guillermo encuentro fuerza y dulzura en este poema de olvido, pero también de esperanza.
Me gustan mucho las imágenes que nos trasladas, el desamor a través del galope de un caballo, y el renacer a través de la siega del pasto, que propiciará que vuelva a crecer.
Felicidades