Te conocí entre charlas y mate,
Te descubrí entre las miradas,
Entre las historias sureñas,
Compartiendo momentos,
Que acariciaban el alma,

Comprendiste el amor que rodeaban mis días,
Tu tono de voz y tu sonrisa cómplice,
Conquistaba mi atención,
Y las horas pasaban como un viento zonda,

¡Flora y tus historias de Santa Cruz!,
¡Me hicieron saber de San Julián!,

Hasta un momento mencionabas,
Del loco del pueblo,
De sus andanzas,
De las memorias cotidianas,
De la novia encantada,
Del crudo invierno pasado,
Y hasta lo añorabas,

Sé que nunca partiste,
Que la bahía te recuerda,
Con nostalgia y alegría,

Ya que además de ser una mujer fuerte,
Coqueteabas con la vida,
El amor que me brindaste dejó huellas en mí,
Que fortalecieron mis días,

Guito Alcaraz

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