TusTextos

Primavera Fauna 2014: Ese Mundo Exótico

Luces estrambóticas giran en torno a miles de personas reunidas, que saltan y gritan al unísono. Todos parecen agolparse, en un momento culmine de la jornada festivalera y las emanaciones de marihuana pululan en el aire. En la gran pantalla del Movistar Stage, brotan imágenes coloridas y dibujos psicodélicos. Kevin Parker, vocalista de Tame Impala, canta Elephant con una banderita chilena atada en el cuello.

Unas diez mil personas post-irónicas con zapatillas Converse, ropa Urban Outfitters o H&M; Chicas rubias y trigueñas con pantalones cortos y muslos separados, en plena moda del Thigh Gap ; alocadas poleras multicolores o con mensajes irónicos del tipo Anne Frank Says Relax; no ocurría un instante en que los chicos no ocupasen sus smartphones para selfies grupales con falsos rostros sonrientes, que subirían en tiempo real a Facebook, Twitter o Instagram. Todos comparten esa actitud cool de “a esa banda la he visto unas cien veces en directo”. Puedo notar, casi con exactitud, que la media de edad está en torno a los 27 años.

En ese rango etario me sitúo yo, más o menos. Llegué a las tres de la tarde, después de un extenso viaje de tres horas en auto desde Pichilemu, al Primavera Fauna, realizado en las afueras de Santiago. Como soy un provinciano, me perdí en las decenas de rotondas de la capital. Consulté el GPS de mi celular cada minuto, y aun así tuve dificultades para llegar al evento, emplazado en el Espacio Broadway, a un costado de la ruta 68.

El Espacio Broadway es una explanada al aire libre con piscinas y extensas áreas verdes; un lugar idóneo para el despliegue del Primavera Fauna, festival nacido el 2011 y amparado en la demanda de jóvenes ávidos por la música indie-electrónica-folk nacional y extranjera. Es una de las tantas experiencias usurpatorias de identidad nacional , como ir a un cine a ver Interestellar en 3D o ir de shopping al mall. El afán de ser vanguardista y sofisticado consiente que los precios de entradas, adquiridos en Puntoticket, sean algo prohibitivos. Aun así, hay pocas quejas de parte de los usuarios.

El Festival es comparado con el Lollapalooza , aunque no tiene los costes, la muchedumbre ni la parafernalia de éste último. De todas formas, la idea de la producción es tener una oferta atractiva de artistas, que sirva para promocionar marcas conocidas y consolidar una oferta musical que hasta unos pocos años atrás, no existía en Chile.
Entonces, la promesa de ver esa oferta, que me permita salir de mis días latosos, fue muy atrayente. Saqué varias fotos con mi celular de los músicos presentados escalonadamente en cuatro stages: Movistar, Rosen, Fauna y Cristal Light. En el centro del Espacio Broadway se emplazaron los stands de merchandising, comida rápida, cervezas, bebidas energéticas y las piscinas, en donde las chicas capeaban el incipiente calor con diminutos bikinis.

Cada actuación duró una hora. Los primeros que logré observar, el grupo Beach Fossils (el reemplazo de Beirut, que por problemas de agenda, no acudieron al festival) lucieron con una propuesta que mezcla lo-fi y surf rock. El público tarareó sus canciones más conocidas: Youth y Daydream. Dustin Payseur finalizó con largos riffs, mientras repetía, pueril, la frase “i love you so much” cientos de veces. Para avivar el ambiente, el sirio Omar Souleyman, ataviado con kufiyya , thawb y lentes oscuros, se presentó en el Fauna Stage, muy cerca de las piscinas. Sin ninguna discusión, fue el número más Kitsch del festival. Injustamente, actuó en un espacio muy pequeño para su inusitada popularidad, acrecentada gracias a su firma con el sello estadounidense Sublime Frequences. Sus originales creaciones, un cruce entre dabke y electrónica, tiene muchos seguidores. La gente se prendió y saltó al unísono de asmare be gawri nadem de warni, warni warni. Nadie entendía una pizca de árabe, pero la música era muy bailable y contagiosa.

Las impresiones bailables se conservaron con Erlend Øye, noruego conocido por ser la mitad talentosa del dúo Kings of Convenience y ser el vocalista de Whitest Boy Alive; el europeo, que usa anteojos de nerd, se decanta por el indie pop, folk y la guitarra acústica. Algunas chicas cantaron a todo pulmón La Prima State, y Garota. Erlend bailó en el escenario con su físico estilizado y pidió un polerón al público para eludir la baja temperatura que empezaba a reinar. Real State, de New Jersey cautivó con su indie pop y su melodiosa Talking Backwards. El francés Yann Tiersen, multi-instrumentalista, que compuso la banda sonora de filmes como Good Bye, Lenin! y Amelie, se distingue por el minimalismo. A mi lado, una vieja muy canosa fumaba un porro de marihuana, y atrás mío, una española exclamó "¡cojonudo!" y "esto es la hostia" cuando vio el rostro Tiersen en la pantalla gigante. Los escoceses Mogwai destacan por los ruidos oscuros y atmosféricos, con mucha distorsión. Muy influenciados por Joy División y The Cure, impactaron al gentío, que al escucharlos, especularon que se hallaban en medio de una versión hipsteriosa de la película Encuentros Cercanos del Tercer Tipo. Anochecía y empezaba a hacer mucho frío.

El fervor hacia The Luminers, populares con su revival del folk-rústico, aplacó el frío, una mácula de ese día. Famosos por el hit “Ho Hey”, explotado hasta la saciedad en comerciales de Nescafé y en ringstones. Con una sorpresiva aclamación de la asistencia, los oriundos de Denver quizás regresen varias veces al país. Los australianos Tame Impala, son célebres por el sonido neo-psicodélico y dream pop; su frontman Kevin Parker, tiene una voz que recuerda mucho a Lennon. Lucidity, Why Won't You Make Up Your Mint? ,Feels Like We Only Go Backwards, y otras fueron coreadas con entusiasmo. Cerraron su show con polémica, ya que la concurrencia quería más de ellos.

Mientras algunos seguían esperando el regreso de los aussies y fumaban con sosiego sus pitos y contemplaban las exiguas estrellas, otros tantos se quedaron a ver a las frívolas Icona Pop. La mayoría se retiró del Espacio Broadway en cámara lenta, como en muchas escenas de Wes Anderson. Conduje con precaución mi auto, un poco drogado. Casi me extravío en el camino de retorno.

Gustavoperedo28 de noviembre de 2014

Más de Gustavoperedo

Chat