Y robo besos de contrabando,
y comercio con renglones de amores a medio escribir,
trapicheando con caricias impersonales y personas pasionales.
Me escapo de las sirenas que quieren apresar mis noches,
donde entre calles y jardines, con largas sombras se pierden,
innecesariamente,
mordiscos a bocajarro y se resuelven duelos a capa y palabra.
Solo quedan ya trozos olvidados de lascivia,
y de encontronazos apasionados, culpa de la mala ginebra mezclada,
o del vodka que no es ruso,
o de las copas de más en la barra de algún bar...