Mis pasos transcurren lentos por ese paraje, vagando sin rumbo, contemplando un paisaje de piedras, agua y árboles que a pesar de formar un desierto extenso, todos los ojos que lo vemos lo antojamos bello.

Fue una casualidad lo que me llevó a dar este paseo tranquilo, con amigos, el campo y yo no somos buenos compañeros, pero ahí estoy, caminando por ese lugar cuyo nombre desconozco pero que me de una sorprendente paz.

Me separo del grupo un momento, el instinto explorador que me inundaba de niño retorna con fuerza y me lleva a buscar recovecos ocultos a simple vista, escalo rocas notando mi corazón palpitar con una fuerza que pensaba olvidada.

A mi mente vuelven recuerdos, pensamientos que trastocan la calma magica que respiro, la vida está llena de casualidades, hay quien está convencido de que el destino está escrito, yo vivo con la esperanza de que cada uno consiga su propio porvenir.

Y por eso me sorprende lo caprichoso del momento, dos miradas cruzándose furtivas sin saber que el amor brotará cuando ese encuentren, formas de conocer a una persona especial que jamás habríamos imaginado, sorpresas maravillosas que llegan de la mano del azar.

A veces me pregunto si solamente estamos listos para ese instante y sea quien sea esa mirada que se cruza... el final sería el mismo y mi mala suerte es no estar en ese sitio en la hora adecuada o de verdad hay una fuerza oculta que marca nuestro futuro.

Sea como fuere, a veces son esas casualidades las que construyen una felicidad que no soñabamos encontrar, así que recorreré ese fino hilo de azar y destino, esperando ser por una vez quien cruce la mirada en el instante justo para que estalle la magia cuan estrella naciendo.

Seguiré buscando casualidades en cada paisaje, me reuno con los demás que me esperan, con un tesoro más a las espaldas, una experiencia más que enriquece mi historia.

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1 Comentarios

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  Rasek

  Buen texto horus, un saludo.

  13/12/10 05:12