Nos dejan solos.
Observamos pasivos el frío viento
que anida en nuestro pijama.
Las nubes compraron cuchillas al por mayor
y ahora la sangre corre verde,
por las aceras austeras.
Nos dejan solos, bajo la lluvia.
Dispararon sobre los vientres de ideas preñadas,
Tumbaron el aliento
que sabía a vino y a sangre,
dejándonos solos, oliendo nuestro grito
en un silencio de mil oídos.
La noche bosteza sobre nuestro letargo
soplando ,lenta, el velo
que nos cobija.
Un susurro dibuja un paisaje,
con lápices sin color y sin punta.