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The Sunset Can Wait

Cautelosamente, me establecí en el lugar que él me indicó. Grande fue el espanto que me abordó al sentir que mis pies colgaban sobre lo que parecía el fin del mundo. Era un sueño de verano, estaba tan cerca... Escuchaba su respiración, tenue y cálida, arremetiendo contra la piel de mi cuello, provocando en mí estremecimientos que iban más allá de los placeres terrenales, de la sensibilidad humana y de mis límites. Pronto, una risa afable expresó cuán dichoso se sentía en aquel momento.
-¿Y ahora, qué?- dije, con un tono ligeramente ansioso, a la espera de algo grandioso. -Ahora... Dejarás que te disfrute. ¡Te tomaré y te despedazaré! Me he desecho de la bondad de mi alma, me he despedido de la esperanza y he dejado de lado la coherencia. Me dejarás tenerte hasta el momento en el que nuestros cuerpos dejen de funcionar y no seamos más que fornicadores,

insensatos e impuros. Convirtámonos en monstruos, al menos por esta noche. ¿Lo harás? ¡Dí que sí! -Es el colmo de lo absurdo que me tengas por semejante fulana, ¡es denigrante y me llena de
ira! Pero me temo que reiré y gozaré en lugar de arrojarte al abismo que nos retiene aquí; mi profunda devoción me obligaría a seguirte hasta las puertas del Inframundo... De todos modos, a pesar del abrumador amor que me corroe por dentro y que me mata, no te dejaré hacer, Edén.
-Llorarías hasta caer enferma si tuvieras la más mínima idea de todo lo que he tenido que sufrir para estar aquí, ¡siendo rechazado! He traído cada piedra, cada color y cada sonido para ti desde los otros mundos, tanto del celestial como del que solo los demonios pueden entrar y salir. ¡Es indecible! Te regalo estos páramos, este precipicio, el silencio y las constelaciones para ser al menos escuchado y obedecido. Sé buena, mi ángel, y tal vez yo lo sea también...
Mis ojos comenzaron a arder, luchando por retener las lágrimas que suplicaban ser liberadas. Le sonreí dócilmente y me alejé, recuperando mi espacio personal, siendo torturada por la idea de que sus garras me arrancasen la piel y me sacasen los ojos. Sin esperarlo, agarró mi cuello con ambas manos y acercó su rostro al mío. Sus labios estaban a punto de fundirse con los míos.
-Mi cuerpo no alberga rencor alguno, pero bien sabes que me obligas a acabar contigo. Por ti soy y seré despiadado. ¿No ves lo mucho que te amo? Ven a mí...
Estábamos al borde de la muerte. Exigía una respuesta, y no pude hacer otra cosa que no fuera asentir hasta tranquilizarle. Me soltó, permitiendo a mi respiración funcionar de nuevo sin impedimento alguno. Le acaricié el rostro y besé cada rincón de este, dando rienda suelta a sus manos, que se restregaban por todo mi cuerpo salvajemente. El sol se asomaba por el horizonte. Edén se aventuró a besarme agresivamente, agarrándome por los hombros para levantarme.
-¡Ya bajan, o ya suben! ¡No lo sé, pero se acercan; oigo a sus caballos relinchar, también sus puñales siendo desenfundados! No te asustes, no temas... ¡Quiero que me acojan entre sus armaduras cristalinas, bañarme en agua santa, en semen y en saliva! Corramos de nuevo, ¡apúrate!
Quise suponer que estaba delirando, que el retorno del sol y mis besos le habían desconcertado, por eso traté de guiarle hacia otro lugar, pero antes de poder dar el primer paso, se tiró brutalmente al suelo y se arrodilló ante mí, abrazándose a mis piernas, haciéndome perder casi por completo el equilibrio.
-¡Rosalind, soy un niño! ¡Mírame, soy inmortal! ¡Quiéreme, por favor, dime que lo harás! ¡Rosalind, quiéreme y no te vayas! ¡Seamos invisibles! Te violaré hasta acabar con la paciencia de todos aquellos que te veneran... Me lavarás los pies y me servirás. ¡Podemos ser chiquillos, nos vestiremos de pana! ¡La sangre que nos une no importa! ¡Deséame, trata de poseerme!
Me desperté entre sábanas revueltas y sudor. La luna brillaba y la lluvia arremetía contra el cristal de la ventana. Estaba sola, en completo silencio. La tristeza embargó mi corazón; mi cuerpo todavía recordaba la forma de sus manos, pero sus ojos ya no estaban allí.
Iamgrecia26 de abril de 2020

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4 Comentarios

  • Voltereta

    Un gran texto, no se por que me ha recordado La Divina Comedia. Un relato oscuro, que retrata la existencia de dos visiones opuestas y enfrentadas en la vida, el bien y el mal. Un mundo cautivador en el que el alma humana queda atrapada y a merced del destino, a pesar de que creamos que somos nosotros mismos los que guiamos nuestra barca.

    Un placer leerte.

    Un saludo.

    26/04/20 12:04

  • Heidelberg

    Enhorabuena, el texto tiene mucha intensidad. Como si fuese el último halo de la vida. Como si en el encuentro la misma vida se va irremediablemente. Se siente en la piel cada palabra que expresas. Un saludo.

    26/04/20 01:04

  • Indigo

    Fantasía, asombro, realidad, con una buena dosis de imaginación, describiendo los extremos con destreza.
    Complacido en descubrirte.
    Saludos Iam

    27/04/20 01:04

  • Clopezn

    Instintos primarios de deseo, rechazo, miedo, arrepentimiento sin tapujos que te llevan a experimentar sin filtro las emociones de un onirismo tremendamente imaginativo.
    Un saludo cordial.

    27/04/20 06:04

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