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AfganistÁn 2002 (6) : Excursión a Kabul.

Todos los finales de mes nos dirigíamos a la capital, Kabul, a llevar las bolsas de sangre que teníamos en nuestro hospital de campaña y no íbamos a utilizar para que en un centro sanitario de la ciudad, pudieran hacer uso de ellas antes de que la fecha de las bolsas llegara a su caducidad. Para ello teníamos que desplazarnos unos 30 kilómetros en vehículo a través de unas estrechas carreteras asfaltadas pero llenas de socavones provocados por los bombardeos de las guerras pasadas contra la invasión rusa. El trayecto era peligroso pues no podíamos salirnos del camino so pena de sufrir un tremendo accidente si pisábamos una mina. Esto dificultaba mucho la defensa del convoy pues desde las casas próximas a la carretera muchas veces los francotiradores realizaban prácticas de tiro con los vehículos que pasaban cerca de ellas. Como añadido al problema los dichosos socavones que llegaban incluso en algunos casos a ocupar todo el ancho de la calzada, dificultaban la velocidad del vehículo que no podía ser muy rápida y por lo tanto la vulnerabilidad de nuestros coches era mayor. Así pues, el viaje se convertía en una verdadera aventura. Pero al fin y al cabo, era una misión que teníamos que cumplir. La carretera transcurría en un llano flanqueado a media distancia por pequeñas colinas. El terreno era muy árido. Se parecía a pequeñas zonas del Sáhara. Su color era marrón cobrizo salpicado de vez en cuando por pequeñas briznas verdes de las diminutas plantas que salteaban todo el terreno. Cuando alzabas la vista y mirabas al frente se veía el trayecto de la carretera que zigzagueaba en el llano camino de Kabul. El trayecto a pesar de todo no se hacía demasiado aburrido, pues por la calzada a ambos lados se veía de vez en cuando algún carro de combate descuartizado que los rusos cuando estuvieron luchando por la conquista de Afganistán abandonaron por el camino.

Cuando llegas a la capital, el tráfico se vuelve irrespirable y alocado. Aquello es un verdadero caos. Los coches circulan libremente por las calles tocando el claxon frenéticamente para que los vehículos más pequeños, sobre todo las bicicletas, se aparten de su camino so pena de ser arrollados sin piedad. En las plazas figura un guardia de tráfico en el centro intentando poner inútilmente orden en el trayecto de los vehículos. A pesar de todo ello, debo reconocer que la costumbre se hace norma y apenas presencié accidentes como pensaba al principio cuando pisé por primera vez aquella ciudad. Normalmente cada viaje lo aprovechábamos para hacer algunas compras ( muchas de ellas inútiles) pero nadie podía irse de allí sin llevarse aunque fuera de recuerdo un burka de mujer o alguna escopeta vieja del siglo XVIII. Debo reconocer que las tiendas eran muy atractivas, El lapiz-lázuli, piedra preciosa de la zona, proliferaba abundantemente en las joyerías, sin pulir y sin tallar pero no por ello de menor encanto.

Recuerdo cuando entramos en una tienda a comprar una alfombra. El propietario nos subió al primer piso y allí se encontraban enrolladas y almacenadas infinidad de alfombras de todos los colores. Cuando señalabas una, el dependiente con una destreza propia de cualquier orfebre, desplegaba la susodicha alfombra con un sencillo toque de muñeca, de tal manera que el producto se extendía sobre las otras alfombras a lo largo del suelo. El ambiente era muy confortable a pesar del calor que reinaba fuera de las tiendas. Una vez vistas las alfombras se procedía al pago o mejor dicho al pre-pago, pues lo primero que se hacía después de dar el precio, se procedía a la consolidación definitiva del mismo a través del tradicional regateo hasta que todos contentos, con un apretón de manos y el pago pactado se cerraba el negocio.

La gente es muy cordial pero muy comerciantes y se divierten mucho con el regateo por lo que generalmente se parte de un precio algo desorbitado para poder dar pie a este fenómeno tan extendido por aquellas zonas y del que debo reconocer yo no soy un experto. Una vez concluida nuestra misión y finalizadas nuestras compras, solíamos comer en nuestro destacamento en el aeropuerto de la ciudad, para después iniciar el regreso a nuestra Base.
Igruher07 de septiembre de 2008

11 Comentarios

  • Igruher

    Kabul, debo reconocerlo, aunque parece un caos de ciudad, no deja de tener un cierto encanto y un sabor especial entre su peculiar olor, sus gentes, su colorido y sobre todo su enorme ruido.

    07/09/08 01:09

  • Dama

    Me gusta leer estas historias de los que hab?is estado en esos paises en guerra haciendo una cosa u otra ya sea como m?dicos o periodistas , lo que cont?is nos ayuda a conocer en realidad lo que sucede, tu relato me ha hecho adentrarme en el ambiente de esa ciudad, he disfrutado con la lectura.
    Igruher , te he leido poco porque no hace mucho que estoy por aqu? pero de ahora en adelante vas de cabeza a favoritos, me gusta tu forma tan natural de escribir.
    Un saludo

    07/09/08 11:09

  • Igruher

    Muchas gracias DAMA por tus opiniones. Este es el cap?tulo 6 de Afganist?n. Los dem?s esta?n en is textos por si quieres leerlos. Te aseguro que soy muy sincero en estas experiencias. Ir? publicando algunos cap?tulos m?s. Un saludo.

    09/09/08 12:09

  • Dama

    Buenos d?as amigo Igruher, he empezado a leer tus anteriores cap?tulos sobre Afganist?n , los encuentro de lo m?s interesantes , ya te cont? que estas historias me interesan por lo que tiene de real, admiro a todos los que alli hab?is estado de una forma u otra.
    un abrazo

    09/09/08 08:09

  • Igruher

    Me hubiera gustado incluir algunas de las foto que pude hacer all?, para dar m?s realismo al relato pero tengo que reconocer que no se como hacerlo, aunque se puede, pues expertos inform?ticos como Abyssos, lo hacen y muy bien.

    09/09/08 09:09

  • Dama

    Jorege me di? la clave para subir fotos pero no meha funcionado , algo debo de hacer mal y no me gusta molestar tanto , preg?ntale a Abyssos , ser?a una buena idea lo de las im?genes en el texto y m?s siendo reales como las tuyas , eso lo har?a mucho m?s interesante.

    09/09/08 10:09

  • Harmunah

    Es incre?ble que cuentes estas aventuras, en especial si son reales. Ahora puedes mirar atr?s y sonre?r, pero podr?as haberte quedado all?, como otros tanto que no lograron volver a sus hogares.
    Admiro mucho a las personas que, como t?, se sacrificaron para atender a los heridos o desamparados. Me da un poco de verg?enza admitirlo, pero, sinceramente, no s? muy bien de qu? iba la cosa.

    De todas formas, me encanta el realismo y la sencillez con la que escribes, pues est?bais realizando una misi?n y te pones a hablar con la mayor alegr?a de los vendedores... un magn?fico trabajo, Igruher.

    09/09/08 11:09

  • Dama

    Amigo Igruher ya termin? de leer todos tus textos , los de Afganistan me han dejado muy impresionada , sobre todo el de la ni?a con lesiones en la cara , he llorado al terminarlo, debi?de ser una experiencia inolvidable y creo que te habr? dejado una gran huella , se notan tus sentimientos al relatarla.
    Me gusta como escribes y te paso a mis favoritos.
    Seguir? ley?ndote , Un abrazo

    09/09/08 11:09

  • Harmunah

    Ya he terminado de leer Afganist?n, y me has dejado impresionada. Si antes te admiraba, ahora te admiro todav?a m?s. Es incre?ble como hablas de tu aventura, con tanta naturalidad, y sabiendo el peligro que corriste.

    Me ha emocionado mucho la parte tres y la cuatro. La dedicada a tus hijas y la de Roc?o.

    Espero que esto no se haya terminado todav?a, ya que tengo muchas ganas de leer cada una de tus aventuras.

    Un abrazo.

    09/09/08 12:09

  • Igruher

    Muchas gracias Harmunah, pero esto forma parte de mi trabajo. No me gusta presumir de ello. Es algo que me toca hacer, lo hago con gusto porque me gusta ayudar a la gente (por eso soy m?dico). Lo ?nico que lo cuento porque es un interesante relato para contarlo por cap?tulos y sobre todo para dar a conocer al mundo la realidad del d?a al d?a de sitios lejanos que muchos ni siquiera nos planteamos que existen porque est?n lejos de nuestra vida, pero est?n en el mundo como nosotros y por lo tanto no son tan ajenos.

    10/09/08 01:09

  • Igruher

    Gracias Dama por tus comentarios y tus atenciones.

    10/09/08 01:09

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